vomitemos palabras

La vida ciertamente no es un lecho de rosas. Eso no quiere decir que sea mala, estoy conforme con mi colchón y mi cama. Y mi casa, con mi papá, mi mamá y mi hermana. Y mis amigos, los que viven cerca, lejos, los que veo poco o mucho, los que me joden y a veces dudo y con los que no dudo nunca. Y mi novia, que ahora se metió en mi vida y le da otro color. A lo que voy con esa lista, es que la vida no es tan mala. Ciertamente no es un lecho de rosas; en un vida como un lecho de rosas, no habría coco rayado en el lugar del queso rayado, ni la mitad de mi cena en la basura, con el coco. Tampoco habría sueño, dolor de espalda, nostalgia ni presiones innecesarias. Tampoco habría bondis impuntuales, cuerdas que se desafinan, piernas que se duermen ni puchos que se acaban. Ni pintura que se cae, ni humedad, ni bolsillos chicos, ni billeteras vacías.
Igual, hay amigos, novias, padres, madres y hermanas que van a ser menos torpes que yo para sacarle el coco a mis fideos, y si me quedé con hambre, algo me cocinarán.

posted by Diego @ 1:24 a. m.,

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