La Generación del Irse a la Puta

A mi generación le duele. Hay un sentimiento generalizado de que vivimos en un pedazo muy pequeño del mundo, en donde nunca pasa nada. Enclavados en un mundito subdesarrollado, molestos ya de los veteranos nacionalistas que recuerdan Maracaná como si hubiera sido ayer, y las viejitas que te hablan del Uruguay de las vacas gordas, pero no tienen ni la más puta de por qué pasó eso, y la manga de pendejos (compañeros de generación, no de sentimiento) que los acompañan, repitiendo que los uruguayos somos mejores que otros por tal y tal razón, que el mate, chistarle al guarda, las tortafritas cuando llueve, el truco y el fin de semana en la cancha. Que porque somos uruguayos tenemos que sacar a relucir nuestros odios y rivalidades con los vecinos, que no tienen ningún fundamento más que... nada, que nos digan que somos tan distintos y tan mejores que ellos. No es que yo esté diciendo que los Argentinos (porteños, más que nada, que son los que conozco y a los que nos referimos) sean buenísimos. La realidad no puede estar más lejos de eso; es una sociedad casi completamente enferma, histérica, superficial y paranoica, lo cual no, no está bueno, pero nosotros no nos quedamos atrás. Al menos en Buenos Aires, que es una ciudad mucho más cosmopolita que Montevideo, llegan las cosas, tenés más eventos culturales, más toques, más lugares a los que salir, más carreras que seguir, y (que la razón por la que existe todo eso), un mercado mucho mayor para colocar todo eso.

Pero volviendo al tema, hay un sentimiento generalizado de querer irse a la puta. Salir de Montevideo, rebotar en Buenos Aires, y de ahí picar a donde pinte: Europa, México, América del Norte, Australia, incluso Asia, you name it!. Es que es imposible evitar la sensación de que quedarnos acá nos va a convertir en una manga de viejos quejosos, incultos, que van a tener el único escape en negar la realidad triste en la que viven evocando Maracaná, el mundial sub-20 de Malasia, cuando éramos la Suiza de América y alguna otra boludéz más, mientras se quejan de que el gobierno (sea el que sea) pone muchos impuestos, pone pocos, la policía funciona bien, funciona mal, vieron a un senador en pedo o se viene la aftosa y el mal tiempo. No sé, ahora que lo pienso, no sé si es tan general el sentimiento de abandono del terruño en mi generación, pero yo sé lo que yo siento, y conozco a varios que piensan así.

posted by Diego @ 11:03 a. m.,

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